martes, febrero 28, 2006

*Cualquier Tiempo Pasado Fue Mejor*

¿Por qué tiene tanta razón esta frase? ¿Por qué lo mire por donde lo mire no puedo decir que el presente sea mejor? Se que si ahora regresase a mi pasado, no lo consideraría mejor que el presente, volver a tener menos experiencia, ser más ingenua, menos conocimientos, más dudas, pero al no poder comprobarlo, sigo pensando que mi pasado es mejor que mi presente. Aunque también se que posiblemente sea porque tendemos a olvidarnos de los malos momentos, olvidamos el dolor, el sufrimiento y nos quedamos con el aprendizaje desprendido de ello. Sin embargo, los buenos momentos se magnifican, los recordamos mucho más grandiosos de lo que fueron en realidad.

Cuando vivimos el presente creemos que lo anterior fue mejor, pero confiamos en que el futuro nos depare grandes momentos. Pasamos por el “ahora” sin darnos cuenta de ello, pensando en lo que pasamos o en lo que pasaremos.

¿Por qué es tan difícil vivir el momento presente, el carpe diem? Si realmente nos preocupásemos tan solo del presente, y de vivirlo plenamente, cumpliendo lo que queremos independientemente de nuestro pasado y nuestro futuro, quizá no nos plantearíamos este tipo de cuestiones.

Pero, de alguna manera, el pasado condiciona el presente, y éste el futuro. A partir de nuestras experiencias, forjamos nuestra idea sobre el futuro, y actuamos en el momento conforme a ellas. Entonces, ¿es imposible desligar pasado, presente y futuro?


¿Es una utopía el carpe diem?

lunes, febrero 13, 2006

..Homosexualidad, Bisexualidad..

¿Viciosos?¿No saben lo que quieren?¿Depravados?¿No tiene sentido?

No entiendo cómo se pueden poner barreras a los sentimientos, a los gustos de cada uno, al placer. No entiendo por qué muchas acciones que si necesitan ciertos límites no los tienen y sin embargo, algo como los sentimientos hacia otras personas pueden tener barreras, algo que no hace daño a nadie, que no supone una falta de respeto, excepto para aquellos que aun no han logrado abrir sus mentes, que siguen viendo con los mismos ojos que hace 50 años.

Olvidémonos del sexo, porque cada uno tiene una concepción diferente. Para mí, que lo veo como algo totalmente natural, es placer y no tiene porque ir ligado necesariamente al amor, que alguien se acueste con una tía o con un tío o con varios a la vez, si es con pleno consentimiento por parte de todos, no da lugar a discusión, no veo qué problema hay, no entiendo el calificativo de “viciosos”, ¿acaso no lo es también alguien que se acuesta con una persona del sexo opuesto simplemente por sexo de una noche? Si lo son los unos, lo son los otros.

El caso es que para no meterme en el ámbito sexual, ¿qué hay de los sentimientos? Creo ciegamente en que nos enamoramos de personas, no de unas características externas. El sexo, la edad, el color de piel, el pelo, el cuerpo, son características que configuran nuestro aspecto, pero no la esencia. Lo que es una persona no está sujeto a esas características. Los sentimientos tampoco están sujetos a esas características, de manera que, ¿por qué no se puede uno enamorar de alguien de su mismo sexo, aun sin considerarse a si mismo bisexual u homosexual?

Nadie tiene derecho a meterse en la vida de nadie.
No dejes que las barreras sociales te impidan mostrar tus sentimientos o tus gustos hacia lo que otros consideran extraño. Si no haces daño a nadie tienes derecho a mostrarlos, a ser así. No te dejes ahogar por una sociedad que aun no está preparada para ello, el tiempo lo dirá todo, y siempre se criticará algo, no dejes que te afecte que tu seas, ahora mismo, el blanco de sus críticas.

domingo, febrero 12, 2006

+ De Cien Mentiras

Joaquín Sabina
MáS De Cien Mentiras

Tenemos memoria, tenemos amigos,
tenemos los trenes, la risa, los bares,
tenemos la duda y la fe, sumo y sigo,
tenemos moteles, garitos, alteres.
Tenemos urgencias, amores que matan,
tenemos silencio, tabaco, razones,
tenemos Venecia, tenemos Manhattan,
tenemos cenizas de revoluciones.
Tenemos zapatos, orgullo, presente,
tenemos costumbres, pudores, jadeos,
tenemos la boca, tenemos los dientes,
saliva, cinismo, locura, deseo.
Tenemos el sexo y el rock y la droga,
los pies en el barrio, y el grito en el cielo,
tenemos Quintero, León y Quiroga,
y un bisnes pendiente con Pedro Botero.
Más de cien palabras, más de cien motivos
para no cortarse de un tajo las venas,
más de cien pupilas donde vernos vivos,
más de cien mentiras que valen la pena.
Tenemos un as escondido en la manga,
tenemos nostalgia, piedad, insolencia,
monjas de Fellini, curas de Berlanga,
veneno, resaca, perfume, violencia.
Tenemos un techo con libros y besos,
tenemos el morbo, los celos, la sangre,
tenemos la niebla metida en los huesos,
tenemos el lujo de no tener hambre.
Tenemos talones de Aquiles sin fondos,
ropa de domingo, ninguna bandera,
nubes de verano, guerras de Macondo,
setas en noviembre, fiebre de primavera.
Glorietas, revistas, zaguanes, pistolas,
que importa, lo siento, hastasiempre, te quiero,
hinchas del atleti, gángsters de Coppola,
verónica y cuarto de Curro Romero.
Tenemos el mal de la melancolía,
la sed y la rabia, el ruido y las nueces,
tenemos el agua y, dos veces al día,
el santo milagro del pan y los peces.
Tenemos lolitas, tenemos donjuanes;
Lennon y McCartney, Gardel y LePera;
tenemos horóscopos, Biblias, Coranes,
ramblas en la luna, vírgenes de cera.
Tenemos naufragios soñados en playas
de islotes sin nombre ni ley ni rutina,
tenemos heridas, tenemos medallas,
laureles de gloria, coronas de espinas.
Tenemos caprichos, muñecas hinchables,
ángeles caídos, barquitos de vela,
pobre exquisitos, ricos miserables,
ratoncitos Pérez, dolores de muelas.
Tenemos proyectos que se marchitaron,
crímenes perfectos que no cometimos,
retratos de novias que nos olvidaron,
y un alma en oferta que nunca vendimos.
Tenemos poetas, colgados, canallas,
Quijotes y Sanchos, Babel y Sodoma,
abuelos que siempre ganaban batallas,
caminos que nunca llevaban a Roma.


Sabina es uno de mis cantantes favoritos, pero rara vez pongo sus canciones en el mp3 o en el ordenador mientras hago cosas por aquí, pero no por ello dejo de admirarle y de disfrutar con cada una de las palabras de sus canciones cuando lo escucho. Es JOAQUÍN SABINA, con mayúsculas. De entre sus canciones he elegido para iniciar mi blog la de "Cien Mentiras" porque es una canción que siempre me anima, porque enseña que si miras siempre hay algo por lo que seguir adelante, que tenemos muchas cosas que nos ayudan a dar los pasos, que dice verdades como puños, que esta canción refleja muchas cosas importantes para mi, más de cien, exactamente.
SiL